Teoria del Parrafo
Teoría
El párrafo sirve para estructurar el contenido del texto y
para mostrar formalmente esta organización. Utilizado con acierto facilita el
trabajo de comprensión; pero empleado de manera incorrecta o gratuita, puede
llegar incluso a entorpecer la lectura. En este capítulo explicaremos con más
detalle todo lo que comprende.
Definición
MARIA MOLINER[1] nos menciona
que el párrafo es “Cada trozo de un
discurso o de un escrito que se considera con unidad y suficientemente
diferenciado del resto para separarlo con una pausa notable o, en la escritura,
con un “punto y aparte””.
Otra definición es la de LOUIS TIMBAL-DUCLAUX [2]quien
nos dice lo siguiente “El párrafo es como una mano que coge objetos variados:
un puñado de arena, un chorro de agua, un mango, un montón de hojas o de tres
pelotas de tenis. Adopta formas distintas según los casos, pero siempre tiene
un pulgar grande y enérgico que aprieta el objeto contra los otros dedos. De la
misma manera, el párrafo necesita un dedo, una idea clave que dirija el resto
de las frases y les dé unidad y sentido.
Con estas dos definiciones podemos empezar a darnos una idea
de lo que es un párrafo, podríamos resumirlo como una oración coherente
relacionada con el tema a tratar presentando conectivos y signos de puntuación
además empieza con una letra mayúscula y termina con un punto y aparte. Para
que quede más claro, daremos la definición propuesta por la RAE (Real Academia
Española) 1. m. Fragmento de un texto en prosa constituido por un conjunto delíneas seguidas y caracterizado por el punto y aparte al final de la última.
¿Cómo se estructura un párrafo?
Independientemente de la función de un párrafo, la
estructura del mismo debe asegurar que exista unidad, esto es, que haya una
relación entre una idea principal y aquellas ideas secundarias que apoyen o
ilustren a la primera. Esto se traduce en la existencia de lo que conocemos
como oración principal y oraciones secundarias. La oración principal suele
escribirse al principio de párrafo, agregándose luego las oraciones
secundarias. Estas oraciones secundarias pueden a su vez tener diferentes funciones,
pero deben apoyar siempre a la oración principal: ilustrar o ejemplificar
(haciendo uso de hechos), proporcionar información (que pudiera ser estadística),
explicar, etc.
Función externa.
En los textos breves de dos páginas o menos, el párrafo es
importante, porque no hay otra unidad (capítulo, apartado, punto) que
clasifique la información y, de este modo, pasa a ser el único responsable de
la estructura general del texto. Se encarga de marcar los diversos puntos de
que consta un tema, de distinguir las opiniones a favor o en contra, o de
señalar un cambio de perspectiva en el discurso. De esta manera, el párrafo
llega a asumir funciones específicas dentro del texto: se puede hablar de
párrafos de introducción, de conclusión final, de recapitulación, de ejemplos o
de resumen.
Estructura Interna.
El elemento más importante es la
primera frase que ocupa la posición más relevante: es lo primero que se lee y,
por lo tanto, debe introducir el tema o la idea central. Asimismo, la última
frase puede cerrar la unidad con algún comentario global o una recapitulación
que recupere algún dato relevante. En medio suele haber varias frases que
desarrollan el tema y que a veces pueden estructurarse mediante marcadores
textuales. Pero raramente los párrafos contienen todos estos elementos a la vez
y de manera tan evidente. Lo más normal es que tengan uno u otro y más o menos
escondidos.
Extensión.
Con respecto a la extensión que debe tener el párrafo, no
hay una regla que lo establezca estrictamente. Varía notablemente según el tipo
de texto, el tamaño del soporte (papel, línea, letra) o la época histórica. Una
noticia suele tener párrafos más cortos que un informe técnico y todavía más
que un tratado de filosofía. Sin embargo, se recomienda brevedad y poner varios
topes: un máximo de 4 o 5 frases, de 100 palabras o de 20 líneas. Además, un
mismo párrafo escrito con varios tamaños de letra o interlineados cambia notablemente
de volumen y puede resultar largo o corto. Colby[3]
(1971) expone que los párrafos escritos durante el siglo pasado son mucho más
largos, en general, que los actuales para los cuales recomienda un tamaño medio
de unas 100-150 palabras.
Un juego tan simple como el que encontrarás en la siguiente
página sirve para darse cuenta de la trascendencia que llega a tener esta
unidad en el texto. ¿Cuál de las páginas siguientes crees que está mejor
escrita, mejor ordenada? ¿Cuál crees que sería más fácil de leer? Véase Ilustración
1
La respuesta más habitual suele ser la B, que es la que
presenta un número de párrafos más adecuados con respecto a la página, y con un
tamaño parecido. La página A causa pereza de leer incluso antes de ver la
letra: estos párrafos tan largos dan la sensación de un texto comprimido. Pero
la situación contraria, la página C, no es mucho mejor: tantos párrafos y tan
cortos parecen una lista desligada de ideas donde no pueda haber argumentos
elaborados. Y seguramente la página D es la que provoca mayor desconfianza por
la variación desmesurada del tamaño de los párrafos, que insinúa una posible
anarquía estructural. Si la impresión visual genera sensaciones controvertidas,
pensemos ¡qué puede pasar al empezar a leer!
Elementos de Relación
Para que exista coherencia en un párrafo todas las oraciones
que lo forman deben tener conexión entre sí, deben estar unidas. Esta conexión
se debe a su organización, la cual se establece gracias a las relaciones entre
las ideas, ya sean cronológicas o de causa a efecto.
Los conectores lógicos
son palabras o expresiones que marcan la relación entre ideas. Se suelen situar
al principio o cerca del inicio de la oración para indicar su relación lógica
con la anterior. Sirven para indicar diferentes tipos de relación entre las
oraciones que integran el párrafo y para pasar de un párrafo a otro. Esta
relación entre las ideas se logra mediante elementos de relación, como son los
signos de puntuación, las preposiciones y las conjunciones, e incluso frases u
oraciones que desempeñan el papel de conjunciones o preposiciones, además de
algunos pronombres. La siguiente tabla de los elementos de relación y nexos nos
muestran unos ejemplos de estos tipos que podemos utilizar.
Tabla 1
Nexos y Elementos de Relación
|
Ejemplos
|
|
|
|
Unión
|
Lo anterior
|
De
acuerdo con
|
|
|
Comparación
|
Como el
|
Como las
|
|
|
Síntesis
|
Por
todo eso
|
Por
todo lo anterior
|
En
suma
|
De
esto se desprende
|
Contraste
|
A pesar de
|
Sin embargo
|
Por el contrario
|
Por otro lado
|
Causa efecto
|
Por
|
Hecho
que afecta
|
Por
esta razón
|
Debido
a
|
Ejemplo
|
Por ejemplo
|
Es decir
|
|
|
Tiempo
|
Antes
de que
|
En
la actualidad
|
En
esos tiempos
|
|
Procedencia
|
Según datos de
|
|
|
|
Tipos de párrafos
Una primera división es la siguiente:
Párrafos descriptivos. Se usan
para:
Describir
Establecer características de cosas, personas, situaciones
Abundar en aspectos que se quiere destacar
Explicar una idea o definir un personaje
Párrafos narrativos. Son los que:
Cuentan hechos o procesos a partir de un objeto o sujeto
central
Permiten la lectura y desarrollo de las ideas
Se usan en textos científicos y literarios
Caracterizan a los periódicos o cuentos, llevan orden
cronológico de afirmaciones e informaciones
No necesitan garantía
Párrafos Argumentativos. Son
los que:
Definen ideas o conceptos
Tienen como objetivo persuadir al lector de la idea exacta
En los que el autor fundamenta su postura o afirmaciones con
relación a una idea
Cuya estructura es compleja, se relacionan párrafos
descriptivos o narrativos
Se establece una premisa, tesis, supuesto y se señalan
razones. Se citan autores, cifras, hechos verídicos
Por
otra parte, nos encontramos que existen otras clasificaciones, que abundan
sobre el contenido de cada uno de los párrafos y la parte de la cual forman
parte, ya sea la introducción, desarrollo o conclusión. Así tenemos los
siguientes tipos:
Párrafos de Desarrollo
De enumeración. La información
se presenta en forma de listado, relacionada entre sí. Este párrafo se compone
de dos partes: la lista de propiedades y la idea principal como organizador.
Ésta puede presentarse en forma de recuento, dice cuántos elementos anteceden o
preceden a la lista; de síntesis, hace una anticipación presentando los
contenidos brevemente.
De secuencia. Similar al de
enumeración, los elementos se presentan de manera separada, ordenados siguiendo
un criterio explícito; por ejemplo, espacial, cronológico, explicitado por
medio de letras o números. Es común en los textos de tipo científico y típico
en las instrucciones operativas para la resolución de un problema.
De Comparación/Contraste. Indica
las semejanzas o diferencias entre dos o más objetos, situaciones, ideas o
personas y establece una comparación de acuerdo con ciertos criterios seleccionados
de antemano. Se propone dos tipos de esquema general:
1) Desarrollo por
descripciones contrapuestas: cada una de las categorías se analiza por
separado, comparando los dos o más objetos y mostrando sus diferencias. El
párrafo finaliza cuando se han agotado los criterios de comparación.
2) Desarrollo por descripciones separadas: cada objeto es
analizado por separado. Se construyen de esa forma dos párrafos con estructura
idéntica, con los términos de la comparación presentados en paralelo.
De desarrollo de un concepto. La
idea principal se enuncia de manera explícita, luego se reafirma con ejemplos o
argumentos. Las ideas de apoyo explican, aclaran, dan detalles o ilustran la
idea principal. Ésta puede aparecer al principio o al final.
De enunciado/ solución de un problema.
En el desarrollo de este párrafo el problema se enuncia de manera retórica, así
como también la solución. Su uso es común en textos de tipo descriptivo y
científico. Consta de dos partes:
a) presenta el
problema,
b) presenta la solución.
Para este esquema existen variantes: a) forma completa, b)
contraposición de soluciones, c) omisión de solución, d) omisión del problema.
De Causa/ Efecto. Es un
párrafo que presenta un acontecimiento, hecho o situación, explicando a
continuación las causas que lo provocaron. La descripción de la causa puede
preceder o bien seguir a la del efecto
Párrafos de introducción
Un
párrafo de introducción es el primer contacto que el lector tendrá con nuestro
escrito, de manera que debemos captar su atención e interés desde este momento
para que siga leyendo hasta el final. Existen varias formas de estructurar una
introducción.
A continuación,
se presentan las más comunes:
De síntesis. Es la más frecuente en
todo tipo de texto, en ella se resume el tema o la tesis del escrito. La
ventaja de esta introducción es que presenta en forma rápida, información
esencial sobre el contenido del texto, la desventaja es que hace la información
previsible y reiterativa.
De anécdota. Las anécdotas,
los hechos, las historias, atraen e involucran al lector.
De breves afirmaciones. Es típica del estilo
periodístico; son frases breves, sintéticas y efectivas.
De cita. Es una de las formas más
utilizadas y eficaces para atraer la atención del lector, pueden ser
proverbios, versos de poetas o frases pronunciados o escritas por una persona
famosa.
De interrogante. Plantea un problema; el texto posterior describe
su desarrollo y en ocasiones añade otras interrogantes que ilustran los
diferentes aspectos de la cuestión inicial.
De analogía. Establece una
comparación entre el tema escrito y otra situación; explica el problema
aprovechando un contexto similar que sea capaz de atraer la atención inicial
del lector.
Los párrafos de introducción también pueden ser las llamadas
“entradas novedosas” utilizadas por los periodistas para atraer el interés de
los lectores.
Párrafo de conclusión
Un
párrafo de conclusión es el cierre de nuestro escrito, se requiere un desenlace
en el que estén presentes los puntos más importantes Existen varias formas de
estructurar una conclusión.
A continuación,
se presentan las más comunes:
De síntesis. Breve resumen de
las principales ideas del escrito
De anécdota. Recupera el hilo
de todo el texto a través de elementos narrativos o visuales que atraen la
atención del lector dejándose un buen recuerdo del escrito.
De breves afirmaciones. Sigue
a un período que representa el verdadero final del texto y se plantea como un
eco, una resonancia que profundiza en él.
De cita. Se pueden usar
cualquier tipo de citas siempre que se adapten al tema tratado.
De interrogante. Plantea al
final del escrito las cuestiones no resueltas, los problemas abiertos a las
hipótesis del futuro.
De analogía. Establece una
comparación entre el tema escrito y otra situación, explica el problema
aprovechando un contexto similar que sea capaz de atraer la atención inicial
del lector.
Aunque
estas composiciones pueden diferir en su longitud y contenido, un párrafo y un
ensayo son similares en dos formas importantes. Primero, cada uno tiene una
idea central en una oración principal (en el caso del párrafo) o en un párrafo
principal (en el caso del ensayo). Segundo, la idea central en la oración
principal o párrafo principal debe estar completamente explicada o desarrollada
en oraciones o párrafos argumentativos.
García Pelayo, O., Fuentes Rosado, D. , Serna
Garcia, A. O. y García Avila, O. B. 1995. Español 3: Imagen de la lengua.
Prentice Hall.
Paul, Richard; Elder, Linda. Cómo leer un párrafo y
más allá de este. Fundación para el pensamiento crítico, 2003.
Cassany, Daniel (1997). Párrafos. En la cocina de la
escritura (pp.82-93). Barcelona: Anagrama
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